viernes, 16 mayo 2025
Por: Miguel Angel Trujillo
La audiencia 41 del juicio a Álvaro Uribe, marcada por testimonios clave, refleja tensiones en el sistema judicial colombiano.
Este viernes 16 de mayo, en una sala de audiencias colombiana, se desarrolló un nuevo capítulo en el juicio contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien enfrenta acusaciones de fraude procesal y soborno. La sesión, que contó con la participación del abogado Wílser Darío Molina como testigo de la defensa, es la número 41 desde que comenzó este proceso judicial que ha capturado la atención del país.
Wílser Molina, actual alcalde de Amagá y exabogado del exparamilitar Luis Arnulfo Tuberquia, conocido como Memín, fue el primero en declarar. Durante su intervención, afirmó que el senador Iván Cepeda visitó a exmiembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) buscando testimonios contra Uribe. Estas declaraciones son fundamentales para la defensa, que intenta demostrar que Uribe no manipuló testigos sino que fue víctima de una campaña de desprestigio.
El juicio continuó con la expectativa de escuchar a la exfiscal Hilda Niño, quien alega que durante la gestión de Eduardo Montealegre en la Fiscalía General, se habría gestado un complot para perjudicar al líder del Centro Democrático. Además, están programados para declarar otros testigos como Gabriel Muñoz Ramírez, alias Castañeda, y Leonardo de Jesús Agudelo, quienes podrían aportar más detalles sobre las acusaciones.
Este proceso no solo es un reflejo de las disputas políticas en Colombia, sino que también pone a prueba la integridad del sistema judicial del país. Las acusaciones y defensas presentadas revelan un escenario complejo de relaciones y acusaciones cruzadas que podrían tener profundas implicaciones para la política nacional. La resolución de este caso será crucial para entender hasta qué punto las instituciones judiciales pueden manejar casos de alta relevancia política sin sucumbir a presiones externas.
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