Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

El expresidente estadounidense Joe Biden enfrenta un cáncer de próstata con metástasis ósea, confirmado el 18 de mayo de 2025.

El 18 de mayo de 2025, la oficina de Joe Biden emitió un comunicado revelando que el expresidente ha sido diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo, con una puntuación de Gleason de 9, indicativo de un alto nivel de agresividad. Este diagnóstico pone en alerta no solo a su familia y allegados, sino también a la comunidad médica y al público en general, dada la prominencia de Biden en la política internacional.

Entre los principales afectados por la noticia se encuentra el propio Biden, quien a pesar de su avanzada edad, ha mantenido una agenda pública activa. La Sociedad Americana Contra el Cáncer y expertos como Sarah Diepstraten y John La Marca han sido citados para explicar la gravedad de la situación y las posibles vías de tratamiento, destacando la sensibilidad del cáncer a las hormonas, lo que permite considerar tratamientos hormonales específicos.

El cáncer fue detectado tras una serie de pruebas realizadas en un centro médico de alto nivel, presumiblemente el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed. La noticia fue divulgada un día después del comunicado oficial, el 19 de mayo, por diversos medios de comunicación, subrayando la importancia de la detección temprana y el tratamiento adecuado para este tipo de enfermedades.

Este diagnóstico no solo resalta la vulnerabilidad personal de figuras públicas como Biden sino que también impulsa una discusión más amplia sobre la salud masculina y la necesidad de acceso a tratamientos médicos avanzados y oportunos. La situación de Biden podría incentivar a más hombres a realizar chequeos regulares y a informarse sobre el cáncer de próstata, una enfermedad que afecta a millones de individuos cada año. La esperanza reside en las terapias hormonales, que podrían controlar la progresión de la enfermedad en el expresidente.