Por: Katherine Cruz

El nuevo peaje Laberinto comenzó a operar entre Hobo y Gigante, con descuentos temporales que serán eliminados gradualmente, generando preocupación entre ciudadanos y llamados al diálogo por parte de autoridades.

Desde el pasado viernes 10 de octubre de 2025, el Peaje Laberinto ha iniciado operaciones en el kilómetro 55+000 de la vital conexión vial entre Hobo y Gigante, en el corazón del departamento del Huila. Este nuevo punto de recaudo presenta tarifas diferenciadas según la categoría vehicular, buscando un impacto inicial gradual. Destaca una tarifa especial de $2.100 para vehículos de categorías I y II, concebida como un descuento transitorio. Sin embargo, su carácter temporal y la expectativa de su eliminación progresiva ya son motivo de inquietud entre la población local.

El anuncio de este peaje ha suscitado un abanico de reacciones entre las autoridades locales y los ciudadanos que diariamente transitan por este corredor. La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), por su parte, ha señalado que se encuentra en mesas de trabajo con comunidades y actores del departamento. El objetivo es estudiar la implementación de una tarifa diferencial más amplia, que vaya más allá de los límites de Hobo y Gigante. Esta iniciativa busca escuchar las voces de quienes serán los principales usuarios afectados.

Pese a los esfuerzos de diálogo, desde el sector productivo y comunitario, la preocupación crece ante la inminente eliminación progresiva de estos descuentos temporales. Habitantes y diversos gremios han expresado su temor de que el costo del transporte se dispare, afectando directamente sus economías. Medios locales han recogido testimonios de ciudadanos que advierten sobre un posible encarecimiento del comercio intermunicipal. Este impacto sería especialmente severo en zonas rurales con menores ingresos, donde la movilidad es esencial para el sustento diario.

La puesta en marcha del Peaje Laberinto, con sus descuentos iniciales, se percibe como un mecanismo de transición diseñado para amortiguar el impacto inicial en los usuarios. No obstante, la promesa de su eliminación progresiva genera una considerable incertidumbre entre los habitantes y comerciantes del Huila. Las futuras mesas de discusión entre la ANI, las autoridades municipales y los ciudadanos serán cruciales para definir el modelo operativo del peaje a mediano plazo y los mecanismos de compensación. El verdadero desafío reside en lograr un equilibrio que garantice el mantenimiento de la vía, sin imponer una carga económica desproporcionada a quienes dependen de este corredor vital.