Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Un 6 de junio de 1929, en la Hacienda El Cedral, cerca de Neiva, llegaba al mundo Jorge Augusto Villamil Cordovez, quien se convertiría en un ícono de la música colombiana, dejando un legado invaluable de más de 200 canciones que exaltan la cultura del Huila. Su fallecimiento el 28 de febrero de 2010, en Bogotá, enluta a la nación.

El Huila celebraba la llegada de un futuro compositor excepcional. Su nacimiento en el corazón de la región sería el inicio de una prolífica carrera musical que plasmaría la belleza de su tierra en melodías inmortales. La Hacienda El Cedral, testigo silencioso de este acontecimiento, se convertiría en un símbolo de la inspiración del maestro Villamil.

Jorge Augusto Villamil Cordovez, desde su niñez, mostró una inclinación natural hacia la música y la medicina. Combinó su pasión por la composición con una exitosa carrera como médico traumatólogo, demostrando una notable versatilidad intelectual. Su legado musical no se limita a la cantidad de sus composiciones, sino a la calidad y a la profunda conexión con el folclor colombiano.

El nacimiento de Villamil en un entorno rural contribuyó a forjar su profunda conexión con la naturaleza y las tradiciones del Huila, elementos que se reflejan en la mayoría de sus obras. Composiciones como “Espumas”, “Llamarada”, “Los Guaduales” y “Me llevarás en ti” son ejemplos concretos del paisaje y la cultura de la región. Son piezas que transmiten la riqueza musical y la identidad cultural del Huila, llegando a trascender las fronteras regionales.

Su obra musical se convirtió en un tesoro cultural para Colombia. El legado de Jorge Augusto Villamil Cordovez continúa resonando en los corazones de los colombianos y es un ejemplo de cómo la música puede ser un poderoso vehículo para preservar y difundir la cultura de una región. Su música sigue viva, interpretándose y disfrutándose en todo el país, perpetuando su nombre e inspirando a nuevas generaciones de artistas.