Por: Bryan Steven Cardona Ciceri

Un glorioso 7 de agosto de 1819, la Batalla de Boyacá selló la independencia de la Nueva Granada, dando inicio a la liberación de Sudamérica del yugo español. La victoria patriota, liderada por Simón Bolívar, marcó un punto de inflexión en la historia.

En el Puente de Boyacá, cerca de Tunja, el ejército libertador, compuesto por soldados neogranadinos, venezolanos y británicos, derrotó a las fuerzas realistas españolas, comandadas por el coronel Barreiro. Esta decisiva batalla abrió las puertas a la independencia y a la formación de la Gran Colombia.

La Batalla de Boyacá, un hito en la lucha por la emancipación americana, se desarrolló en el marco de la Campaña Libertadora de los Andes. El ejército patriota, tras una ardua travesía por el Páramo de Pisba, sorprendió al ejército realista en una posición estratégica vulnerable. Este crucial evento marcó el fin del dominio español en buena parte del territorio.


El Libertador Simón Bolívar, junto a figuras clave como Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui, lideraron la victoria patriota. Tras la batalla, Bolívar exclamó: "¡Soldados! Habéis salvado la patria. Vuestro heroísmo ha dado libertad a la Nueva Granada.” La captura del coronel Barreiro y más de 1600 soldados realistas sellaron el triunfo independentista.


La batalla fue un ejemplo brillante de estrategia militar. La división del ejército en tres frentes permitió un cerco efectivo de las fuerzas realistas, debilitando su defensa y conduciendo a su derrota en aproximadamente dos horas de combate. La victoria de Boyacá representó no solo el fin de la dominación española en la Nueva Granada, sino también un gran impulso a las demás luchas independentistas en América del Sur.


La Batalla de Boyacá es, por tanto, un símbolo ineludible de la identidad colombiana, conmemorada anualmente el 7 de agosto con actos cívicos y militares, recordando la valentía de los patriotas y el legado de libertad que legaron a las futuras generaciones. El Puente de Boyacá, escenario de la batalla, se erige hoy como monumento nacional, un eterno testimonio de ese día glorioso.