Por: Gustavo Puentes

La Defensora del Pueblo denuncia que disidencias armadas culpan a comunidades por crímenes contra niños, violando leyes humanitarias.

En un reciente pronunciamiento, la Defensora del Pueblo ha acusado directamente al ELN y al frente 33 de las disidencias de estar involucrados en la muerte de niños en zonas de conflicto, atribuyendo falsamente estos actos a las comunidades locales. Esta grave acusación resalta la continuación de un conflicto que parece no tener fin, donde los más vulnerables terminan siendo las principales víctimas.

La funcionaria, en una intervención pública, expresó su profunda preocupación por la situación, señalando que estos grupos armados no solo incumplen con el derecho internacional humanitario, sino que además manipulan la información para desviar la atención de sus propias acciones delictivas. “Es una estrategia de guerra que busca desestabilizar aún más a las comunidades ya afectadas”, afirmó.

Según reportes, estos niños son forzados a participar en actividades relacionadas con el conflicto y luego son dejados en situaciones de extremo riesgo o directamente asesinados. La comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos han sido alertadas sobre estos hechos, esperando que se tomen medidas para proteger a los menores y sancionar a los culpables.

Este escenario refleja no solo una violación de derechos humanos sino también una profunda crisis moral y ética dentro de los grupos armados. La implicación de niños en conflictos armados es una de las formas más atroces de violencia, y su uso como herramientas de guerra por parte de estas disidencias pone en evidencia la urgente necesidad de intervención para restaurar la justicia y la paz en las áreas afectadas. La comunidad internacional, junto con las autoridades locales, debe actuar de manera decisiva para poner fin a estas atrocidades y garantizar la seguridad y el bienestar de los niños involucrados.