Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Los jóvenes en Colombia se gradúan más que nunca, pero enfrentan un mercado laboral que no corresponde con su formación académica, generando altos niveles de frustración y empleo informal.

En Colombia, la creciente tasa de graduados universitarios no se traduce en mejores oportunidades laborales. Según el análisis de Eduardo Lora, publicado el 12 de mayo de 2025, hay un claro desajuste entre la educación recibida por los jóvenes colombianos y las exigencias del mercado laboral. Este desfase no solo limita las oportunidades de empleo formal, sino que también afecta la calidad de vida de los jóvenes y el desarrollo económico del país.

Eduardo Lora, un reconocido economista, ha destacado cómo la mayoría de los jóvenes terminan trabajando en áreas que no se relacionan con su campo de estudio. La Fundación Empresarios por la Educación respalda esta afirmación con una encuesta que muestra que cuatro de cada cinco jóvenes sin educación superior y muchos con estudios técnicos o universitarios ocupan empleos no relacionados con su formación.

El análisis de Lora también señala que muchos jóvenes tienen expectativas erradas sobre el emprendimiento, viéndolo como una salida fácil hacia el éxito económico. Sin embargo, la falta de preparación adecuada y el entorno económico desafiante conducen a muchos a perpetuar el ciclo de trabajo informal y baja productividad.

Esta situación evidencia una desconexión alarmante entre la educación y el mercado laboral, que no solo frustra a los jóvenes sino que también limita el crecimiento económico de Colombia. La baja calidad educativa y la glorificación del emprendimiento sin preparación adecuada son factores que contribuyen a este problema. Se hace urgente un diálogo nacional para reformar el sistema educativo, enfocándose en la calidad y en la colaboración entre el sector educativo y el empresarial para alinear las habilidades de los jóvenes con las necesidades del mercado laboral.