Por: Maria Camila Gonzalez Mosquera

Ángela María Buitrago renunció como Ministra de Justicia de Colombia, denunciando injerencias indebidas en su gestión por altos funcionarios del gobierno.

El 16 de mayo de 2025, Bogotá fue el escenario de un significativo revuelo político tras la renuncia de Ángela María Buitrago del Ministerio de Justicia. La exministra acusó al ministro del Interior, Armando Benedetti, y a la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Angie Rodríguez, de ejercer presiones indebidas sobre su gestión. Este incidente pone en relieve las tensiones internas dentro del gabinete del presidente Gustavo Petro.

Los protagonistas de esta controversia incluyen a Buitrago, quien señaló directamente a Benedetti y Rodríguez por intervenir en asuntos propios del Ministerio de Justicia. Por su parte, el presidente Petro intervino rápidamente, defendiendo a Benedetti y negando las acusaciones de Buitrago. En una declaración pública, Petro afirmó que fue él quien solicitó la renuncia de Buitrago, instando a no acusar sin fundamentos a otros miembros del gobierno.

El desarrollo de los hechos sugiere una compleja dinámica de poder al interior del Ejecutivo. Según Buitrago, su decisión de renunciar fue el resultado directo de las continuas interferencias y presiones que socavaban su autoridad como ministra. Esta situación ha generado un debate sobre la autonomía de los ministros y la influencia de otros sectores del gobierno en decisiones ministeriales.

La renuncia de Buitrago no solo revela fisuras dentro del gabinete de Petro, sino que también plantea serias preguntas sobre la transparencia y la independencia en la toma de decisiones en el más alto nivel del gobierno colombiano. Este incidente podría tener repercusiones duraderas en la percepción pública del gobierno y en la cohesión interna del mismo, en un momento en que la administración enfrenta varios desafíos políticos y sociales.